AMOR DE FRUTAS
Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;
Tu cuerpo son todas las frutas.
Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.
Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:
Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.
Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.
Apaga mis ojos, y podré verte,
Cierra mis oídos, y podré oírte,
Y sin pies podré llegar hasta ti,
Y aun sin boca podré conjurarte.
Córtame los brazos, te abrazaré
con el corazón como con las manos,
párame el corazón, latirá el cerebro,
y si en mi cerebro arrojaras fuego,
aún te llevaría sobre mi sangre.