¿Fue Jesucristo creado?
¿Se ha preguntado quién fue Jesucristo en realidad? ¿Fue un hombre o un ángel,
o alguna otra especie de ser creado? Sin duda, existe mucha incertidumbre en cuanto
a la naturaleza y origen de Cristo. Pero, ¿qué nos dice la Biblia al respect?
El “Yo Soy”
Jesucristo nació como ser humano hace dos mil años.
Pero, ¿dónde estaba antes de este importante evento? ¿Había existido desde la eternidad?
¿O fue Cristo creado por Dios el Padre? Y, si así fue, ¿cuándo fue creado?
¿Antes de la creación del mundo y el universo? ¿O justo antes del diluvio?
¿O fue creado en el momento de la encarnación (al nacer como ser humano)?
¿Tiene la Biblia la respuesta?
Si bien todas estas preguntas tienen que ver con su origen, también están relacionadas con la naturaleza de Jesucristo,
si es o no un Ser divino.Como veremos, la Biblia revela claramente que Cristo no fue creado;
de hecho, nos dice que ha sido Dios por toda la eternida Y hay muchas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento que lo comprueban. prestando atención a cada detalle para asegurarnos de comprender lo que intentan decirnos.
Uno de los pasajes más importantes para entender la naturaleza y origen de Cristo es Juan 1:1-3,
donde vemos que Jesús existía desde antes de la creación, y estaba con Dios el Padre desde el principio.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, fue hecho”.
Y, si hay alguna duda sobre quién era “el Verbo”, nos que “aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros”.
Según el Comentario exegético y explicativo de la Biblia de Jamieson, Fausset y Brown, la palabra “con” utilizada dos veces en los versículos anteriores implica dos cosas: que, por un lado, el Verbo tiene “existencia personal consciente distinta de Dios”, pero además “[es] inseparable de él y asociado con él”.
Otro punto muy importante es que, como leemos en el versículo 3, nada fue hecho sin Jesucristo. Entonces, ¿fue Cristo creado? No, pues, si hubiese sido creado, ¡tendría que haberse creado a Sí mismo! “Nada” significa justamente eso: nada. En otras palabras, tanto el Padre como el Verbo —que luego llegó a ser Jesucristo— han existido por toda la eternidad.
Además, la palabra griega traducida como “Verbo” en Juan 1:1-2 es logos. Y, según el Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature [Diccionario griego-inglés del Nuevo Testamento y otras obras de cristianismo antiguo] revisado y editado por Frederick William Danker, logos significa: “comunicación que permite la expresión de ideas, palabra”.
Es decir, el término griego logos —bien conocido por los lectores del tiempo de Juan— significa “palabra. Cuando el apóstol escribió estos pasajes, también era comúnmente sabido que este concepto pertenecía a la terminología filosófica y teológica antiguas. De hecho, Filón —un judío helénico de Alejandría que vivió en los tiempo de Cristo— escribió bastante al respecto. Sin embargo, Juan utilizó la palabra logos de una manera particular: ¡para referirse a un segundo Ser que posee la naturaleza de Dios!
Otra importante fuente (Zondervan’s Pictorial Encyclopedia of the Bible [Enciclopedia pictórica de la Biblia de Zondervan]) define logos como “palabra, pensamiento, razón, habla, declaración, lógica, revelación, creencia, expresión de ideas”. Y, dado que ninguna de estas definiciones hace referencia a un individuo, algunos han llegado a pensar que “el Verbo” no era más que los pensamientos o enunciados de Dios, los cuales luego se encarnaron en Jesucristo. Sin embargo, la Biblia nos dice explícitamente que el Verbo estaba con Dios desde el principio.
Además, en Juan 1:4 leemos que “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. Esto demuestra que, claramente, el Verbo es mucho más que sólo “pensamientos” o “enunciados”. El Verbo tenía vida. En síntesis, Juan utiliza una palabra conocida (logos) en los primeros versículos de su evangelio para referirse a un Ser que ha existido con el Padre desde el principio, antes de la creación del mundo.
Por otro lado, la Biblia también nos dice que Jesucristo habla en representación del Padre, pues expresa su manera de ser y pensar a través del poder del Espíritu Santo (Juan 3:4; Hebreos 1:1-2). Así como la Biblia es la palabra de Dios escrita, Cristo es la palabra de Dios personificada, un Ser independiente enviado para predicar la palabra de Padre.
Entonces, los primeros versículos del libro de Juan tratan tres temas muy importantes en relación a Jesucristo: su existencia, su relación con el Padre y su identidad. Cristo existía con el Padre desde el principio y tenía una relación muy cercana con Él. Además, se le identifica como el Verbo, otro nombre para referirse al magnifico Ser que conocemos como Señor y Salvador.