Llevaba más de mil años
disfrutando de la eternidad
cuando un buen día le dijo a Dios:
'Dios mío, quisiera que me permitieras
conocer el Infierno por una noche,
para saber cómo es ese lugar'.
Dios, en su infinita bondad,
le dijo: 'Si es tu voluntad, que así sea'
Nuestro buen hombre
se fue esa noche al Infierno.
Bajó hacia su entrada por unas
escaleras de mármol
blanquísimo.
Vio por doquier luces de neón
y una puerta se abrió
de manera espectacular,
dando paso a un Edén surcado
por ríos de ron, whisky,
champagne, y atestado de
las mujeres más hermosas que
jamás hubiese visto,
todas desnudas llamándolo,
bebió a lo bestia, comió
cuanto quiso e hizo el amor sin parar;
en fin, pasó la mejor noche
de su vida y regresó de madrugada al Cielo.
A la mañana siguiente, habló con Dios
y le manifestó su deseo de mudarse
definitivamente al Infierno.
Dios en su infinita misericordia,
nuevamente, Aceptó.
Arreglados sus asuntos burocráticos
de empadronamiento celestial,
a la semana estaba camino del Infierno.
se abrió nuevamente la puerta,
pero esta vez cayó en una gigantesca
olla llena de azufre.
Se hundió en ella mientras
el Diablo lo punzaba con su tridente
y otro demonio lo punzaba con un tridente punzante.
Con mucho esfuerzo, logró sujetarse al borde,
sacó la cabeza y dijo al Diablo,
que reposaba sentado en su trono:
'Señor de las tinieblas, ¿qué es esto?
Yo estuve aquí la semana pasada
y todo era maravilloso..'
Y el Diablo respondió:
'Tú, como cubano que eres,
ya deberías saber; que el
jefe tiene mas de 50 años
de gobernar y como los tiene adoctrinado
y que si juegan con los sentimientos
es como jugar con la revoluciòn
por eso mira,
una cosa es ser turista y otra residente.'