lu_4178

 
Rejestracja: 2008-07-21
Divina Pastora bendita..derrama sobre los venezolanos tus bendiciones...Cuídanos y guíanos para ver la luz al final del túnel..
Punkty98więcej
Następny poziom: 
Ilość potrzebnych punktów: 102
Ostatnia gra
Domino

Domino

Domino
1 rok 37 dni temu

Nos pasa a todos, ma de una vez, "Los Falsos Amigos"

Gracias Hijo mio, por  ese blog, me lo copié, jajajajjaja,

También me ha pasado, y a lo mejor me seguirá pasando, es lo divertido conocer personas

A todos aquellos amigos "Falsos que he tenido" con todo placer y complacida , se los dedicó, tambien han formado parte de mi vida y me han ayudado a crecer como persona

Reflexión sobre la falsa amistad.

 

En estos tiempos que nos toca transitar esquivando las miserias y conspiraciones interesadas de algunas personas a las que has llegado a denominar "amigos", en estos tiempos en que la deslealtad y la traición están a la orden del día...me apetece hacer una reflexión personal sobre el tema, con el objetivo de que si hay alguien que se de por aludido...invitarle a reflexionar sobre sus miserias y errores irreparables que ha cometido sobre personas que un día les brindaron su amistad, y que ahora, en el mejor de los casos solo reciben compasión...y rechazo. No hay peor castigo para una persona desleal y traidora que convertirla en "invisible" y que se consuma en su propio vacío, habiéndose ganado el descrédito de propios y extraños...hasta de sus compañeros de conspiración y atropellos...asustados de que algún día les pueda tocar a ellos.

A todos aquellos que:

 1) utilizan como escudo la mentira.

2) no se avergüenzan cuando les sorprenden haciéndolo.

 3) dirigen las culpas hacia el 2º en el escalafón del grupo de conspiradores, y así sucesivamente.

4) evitan la confrontación cara a cara (rasgo característico de los cobardes) no vaya a ser que me partan la boca...(reflexión que denota la creencia de que todo el mundo esta a su mismo nivel de educación y conocimiento).

 5) si ello desgraciadamente ocurre, se esconden y no lo cuentan...no vaya a ser que todo el mundo descubra su punto débil.

6) blindan su vida privada y sin embargo Hurgan en la de los demás en busca de una nueva víctima.

7) cuando la encuentran, utilizan la mentira y el descrédito contra aquel que le descubrió (temiendo que se entere de la verdad antes de verterle el saco de mentiras).

 8) escanean a las víctimas potenciales, y toman buena nota de lo que pueden obtener de ellas.

 9) si lo que pueden ofrecerles ya lo tienen ó no les resulta interesante, les borra fulminantemente de su vida.

10) llega un día, que en ausencia de víctimas, a pesar de haberlas buscado sin descanso...se quedan solos para siempre. Este es mi decálogo de la falsa amistad.

Aviso: ¡ que triste tiene que ser la soledad!.

 

Dan, lastima, verdad?

Siempre hay uno o más en nuestras vidas, pero a la final se hacen más daños ellos, dignos de  compasión y  de pena.

Edgard Cernicchiaro

y

Lucrecia

Te amo hijo mio


///No fué conmigo y me dolió/////

LA ENVIDIA

 

La envidia es ese mecanismo psicológico que no permite que nadie tenga ni sea mejor que uno.

 

"¿Por qué él y no yo?", se pregunta el envidioso que no acepta el triunfo ajeno, sobre todo, cuando sabe que la persona envidiada es alguien que un día no tuvo nada y que otro día llega a tener todo, como ocurre en el cuento de La Cenicienta o El patito feo.

 

No hay nada más envidiable en la vida que la suerte de quien posee el juguete que uno mismo quisiera tener. De modo que en esta competencia abierta, en la que uno ambiciona ser y tener lo que es y tiene el otro, es casi natural que el envidioso busque por todos los medios la caída de su rival, impulsado por esa creencia innata de que nadie es tan capaz y perfecto como uno mismo.

 

En la envidia todo vale: la ley de la selva y el sálvese quien pueda.

Los envidiosos, para procurar la caída de su rival: difaman, insultan, acusan y, lo que es peor, cuando ya no les queda más argumentos para hablar en contra, transforman la mentira en verdad y la verdad la convierten en basura, pues los envidiosos suelen ser como las serpientes venenosas y las navajas de doble filo.

 

Por eso mi abuela, una señora entendida en el vasto tema de la envidia, advertía sin cesar: "Cuídate de los envidiosos, que esos te dan un beso de Judas en la mejilla y te clavan el cuchillo de la traición por la espalda. Además, si la envidia fuera tiña, cuánto tiñoso habría".

Con ella aprendí que la envidia es el pecado capital del individuo y la hermana melliza de la hipocresía.

 

Aprendí también que la envidia es una sensación que afecta más a los frustrados que a quienes son envidiados por su belleza, inteligencia, triunfo profesional, fama o fortuna.

 

Y, sin embargo, nunca concebí cómo el ser humano puede gozar con la desgracia ajena y entristecerse con la felicidad del prójimo.

 

Los envidiosos en potencia, que viven "a Dios rogando y con el mazo dando", tienen un denominador común:

 

* suelen ejercitar la maledicencia y

* el gusto por encontrarle defectos al sujeto en cuestión,

* con el fin de exaltar sus debilidades y

* menoscabar sus virtudes;

 

 

"Cuando alguien como nosotros logra con éxito lo que habíamos depositado en el baúl de los sueños, cuando otro consigue aquello a lo que habíamos renunciado, nuestro ego a veces no puede soportarlo, sobre todo si ese alguien, ese otro, está cerca en el tiempo, en el espacio, en edad, en reputación, en nacimiento".

 

Es decir, si es el hermano, el vecino, el amigo, el colega, el conocido.

Porque no es el coche, la casa, el traje o el éxito profesional lo que está verdaderamente en juego, sino yo mismo, lo que yo valgo, lo que soy capaz de hacer.

El objetivo o la cosa conseguida sólo ha puesto de manifiesto una diferencia insoportable, inesperada.

 

Ha demostrado que ese sueño para mí prohibido es posible para el otro".

 

El envidioso está acostumbrado a:

* meter cizaña entre los amigos y parientes,

* con el propósito de lograr sus objetivos

* a base de engatusar y confabular mentiras.

 

Es un ser peligroso que puede convertir una cofradía en un nido de ratas y serpientes. ¡Ojo!, el envidioso se disfraza casi siempre de amigo, como el lobo de oveja, para causar un daño en el momento menos esperado, pues es un ser astuto que, aun siendo un pobre diablo, se ufana de tener más sapiencia y experiencia.

 

De ahí que cuando se aparece un envidioso, lo mejor es avanzar con los oídos tapados y los ojos bien abiertos, para no escuchar los falsos cantos de sirena ni caer en las trampas que va dejando a cada paso.

 

La envidia no perdona a quien se trepa a la cúspide de la pirámide o levanta un vuelo por encima del resto. La envidia es un arma poderosa que puede herir o agredir.

 

Insisto, cualquier parecido a alguién, me lo dejan en el comentario, jajaajajajaja.

 

Lucrecia


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Otra Vez El Amor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Cupido

 

Cuando buscamos un símbolo del amor solemos pensar en un niño armado con arco y flechas. Esa imagen corresponde a Cupido, el dios del amor en la mitología romana. Sus flechas representan el deseo y las emociones amorosas: cuando Cupido hiere a alguien con ellas -sea dios o mortal- le condena a enamorarse profundamente. También conocido como Eros en la mitología griega, este niño es hijo de Venus (Afrodita para los griegos), diosa del deseo, la belleza y la fertilidad.

EL DIOS DEL AMOR

Tratándose de un dios mitológico, resulta extraño que Cupido sea representado con la figura de un niño. De hecho, su propia madre, Venus, se sorprendió cuando vio que pasaba el tiempo y la criatura no crecía como era de desear. Así que fue hasta el oráculo de Temis para consultarle su problema, y éste le contestó: "El Amor no puede crecer sin Pasión".

Lo cierto es que Venus no acabó de entender esa respuesta... Hasta que nació su hijo Anteros, el dios de la pasión. Cuando estaba junto a él, Cupido crecía hasta convertirse en un apuesto joven; pero cuando se separaban, el dios del amor volvía a su forma infantil y seguía con sus travesuras.

Cupido no sólo hacía nacer el amor en los demás, sino que también él lo experimentó en sus propias carnes. Por aquel entonces vivía en la Tierra una princesa llamada Psique, a la que Venus envidiaba por su gran belleza. Celosa, la diosa decidió acabar con la joven y ordenó a Cupido que se encargara del asunto. Pero su hijo, al verla, se enamoró de Psique y no cumplió con su cometido. Más bien al contrario: se casó con ella.

Como mortal, Psique tenía prohibido mirar a Cupido, y respetó esa norma hasta que un día, incitada por sus hermanas, no resistió más y le echó el ojo a su marido. Eso le valió el castigo de ser abandonada: desde entonces, Psique recorrió el mundo en busca de su amado superando los obstáculos que le ponían los dioses. Finalmente, los del Olimpo se compadecieron de ella, la hicieron inmortal y le permitieron volver a reunirse con Cupido.


DE TAL PALO...

Venus no tenía nada que envidiar a su hijo en el terreno amoroso, puesto que era la diosa de la pasión, encarnaba el impulso erótico y el placer sexual. Y predicaba con el ejemplo. Tenía un ceñidor mágico que hacía que los hombres cayesen rendidos a sus pies: así no es de extrañar que todos los dioses quisieran casarse con ella... Aunque Venus los rechazó a todos, y como castigo a su orgullo su padre, Zeus, le obligó a unirse al dios menos favorecido de todos, Hefesto, que era feo y cojo.

Claro que eso no detuvo a Venus: se hizo amante de Ares, un dios mucho más apuesto y verdadero padre de algunos de sus hijos. Las infidelidades de Venus no pararon ahí, ya que se le atribuyen amores con otros dioses, como Hermes o Poseidón, y también con mortales como Anquises o el guapo Adonis.

 

Cualquier semejanza, a la realidad, es pura casualidad, ajajajajajjaaja

 

Lucrecia


))))))))GRACIAS POR ACEPTARME AMIGOS "BRASILEÑOS"((((((((

http://www.youtube.com/watch?v=emLiJZvz10I


)))))))A todos mis hojas ((((((((((

El Arbol de mis amigos

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

Como tu y como yoooooo, mi amoooooorrrrrrrr

Lucrecia

te amo